"Yo soy un hombre bueno, lo que pasa es que me estoy viniendo viejo; trataré de hacer las cosas a su tiempo, o sino no le daré importancia al cuerpo, oh no." ("El viejo" Pappo, 1971)

Al leer estos versos hoy, parece obvia la asociación con la realidad actual que aún nos golpea de cerca a los que conocimos de una u otra manera a Pappo; pero si nos ponemos a pensar en la fecha en que fue escrito no es en vano preguntarnos "¿cómo?": ¿Cómo pudo este tipo adelantarse tanto a lo que sería su vida los próximos 35 años?... ¿Cómo pudo con sólo 20 años de edad marcarse el rumbo, como si fuera el creador de su propio destino?... Seguramente muchos pensarán que estoy loco y dirán que el Carpo no sabía lo que escribía en ese tiempo, pero yo les puedo asegurar que este tipo era especial. Claro, me dirán que sí, que era un guitarrista brillante y un gran compositor, un pionero de las seis cuerdas del Blues-Rock en nuestro país... ¡¡¡Eso está recontra claro, loco!!!... ¿¡Quién lo duda!?. Pero yo me refiero a otra cosa y es que Pappo tenía algo más; el Carpo era realmente especial... Es difícil explicarlo en mi caso ya que no suelo creer las cosas si no las veo... Pero si nos ponemos a pensar que su último accidente fue otro entre muchos que tuvo, me parece que no es tan loco pensar que en este último y muy a nuestro pesar, tal vez, nuestro Carpo, se sintió definitivamente llegar a viejo y se dio cuenta que ya había hecho las cosas a su tiempo. Muchas cosas, seguramente de las cuales varias serán cuestionables, pero que quiso hacerlas de todos modos, ya que él sabía que era, de cualquier forma, un hombre bueno.
Así es que hoy llega esta segunda entrega de El Anecdotario, para recordar muchas de esas cosas que hizo mientras se sintió joven. Te aseguro que cuando las leas, te vas a sentir como él: VIVO.
Leandro
24 de Febrero de 2006
La Gorda y la Manguera / Por Vitico
La sonrisa del Carpo / Por Miguel Cantilo
El inolvidable Nogal Thomas / Por Gustavo Rubinsztein
El Martín Karadagián del Rock / Por Marcelo Roascio
Fin de semana con el Maestro / Por Ale Ramos
"LA NERCA NO!!!!" / Por Gabriela Sinagra

Créditos

Correo

Agradecimientos
La Gorda y la Manguera
Por Vitico

Pappo era el personaje más extravagante que he conocido, con un gran talento para la música y una actitud ante la vida absolutamente rockera, con un sentido del humor extraordinario y una gran persona. Si yo tengo que decir algo de Pappo resumiéndolo en pocas palabras es que fue mi mejor amigo y mi peor enemigo. Sea como sea considero que es una persona absolutamente irreemplazable.

Resulta que nos fuimos a hacer tres fechas a Rosario con Pappo’s Blues en el año 79 (allí fue cuando decidimos poner otro guitarrista para rellenar cuando Pappo hacia los solos). Yo había llevado una guitarra Ampeg transparente (como la que usaba Keith Richards con los Rolling Stones) y después de terminar las actuaciones nos fuimos a un cabaret y elegimos a la rubia más gorda y le preguntamos cuanto valía una hora de su tiempo; entonces la llevamos al hotel y le colgamos la guitarra transparente y la hicimos bailar una hora en bolas con la guitarra colgada. Creo que nunca nos reímos tanto.
Luego, nos habían querido dejar de pagar un show y entre los dos apretamos a los organizadores hasta que cumplieran y para que se acordaran de nosotros dejamos el cuarto del hotel totalmente destruído como si hubieran pasado los Who. ASI NACIO RIFF.

Hay una escena que se me viene todo el tiempo a la cabeza; corrían los años ochenta y estaba de moda lo Punk hasta en Argentina, entonces en un show en Córdoba en que nos habían venido a ver muchos punks, el público nos escupía y no paraba de escupirnos, tanto que no se podía tocar porque los diapasones de las guitarras estaban todos resbalosos (una asquerosidad). Ellos lo hacían como una forma de gratitud, incluso yo me tragué un pollo cantando 'Mucho por hacer'. Pero llegó un momento en que tuvimos que dejar de tocar y en ese momento Pappo dijo “Che, no escupan más, porque si escupen una sola vez más, saco la manguera con mierda que hay atrás del escenario y los lleno a todos de mierda”. Nadie más escupió y terminamos el show felizmente.

Vitico (Victor Bereciartua) compartió innumerables momentos con el Carpo, tanto arriba como abajo de un escenario. Amigos desde los años setenta, cuando tocaban juntos en La Pesada, es a principios de los ochenta cuando juntos deciden armar Riff, sin dudas la banda más exitosa de sus respectivas carreras como músicos.
 
El Martín Karadagian del Rock
Por Marcelo Roascio

Yo siempre digo que el Carpo era como el Martín Karadagián del Rock, por muchas cosas. El tipo armaba su propio circo, cazaba el micro, el auto o la moto y se mandaba a cualquier parte a tocar o a recorrer lugares, y por supuesto era famoso de verdad. Esa fama que hacía que se le acercasen no sólo los chabones del palo, sino también gente de todas las edades y por supuesto, gustos musicales.

Me acuerdo una vez que estábamos comiendo y se le acerca una vieja. "Ay Pappo, cómo me gusta su música". "¿Y qué tema es el que más le gusta, señora?", le dijo el Carpo calándola de entrada. "Y... ese que dice Mi vieja". "Pero ése no es mío", le dijo Pappo a propósito, descolocando a la mujer. "Ay, bueno, pero igual me gustan todos. ¿Me firma un autógrafo para mi hijo?". Lógicamente, cuando la vieja se fue, las risas fueron totales.

El tipo fue siempre un provocador, ya sea con su música como con sus comentarios. Le reventaba el caretaje, y si te tenía que decir algo, te lo decía. En cuanto a sus guitarras, me acuerdo de haber ido una vez a su casa y encontrarlo todo chivudo, limpiando el mango de una Kramer blanca... con un cortaplumas!! Y cuando le pregunté qué calibre de cuerdas usaba, me acuerdo que me dijo .009. "Entonces no sos tan blusero", le dije yo en joda, porque los bluseros usan .010 o .012. Entonces, él sabiamente me contestó que la tensión de sus dedos estaban justo para el calibre .009, y que un tipo que tenía más fuerza en los dedos usaba un calibre más grueso porque el otro, al ser más fino, se le iba de afinación al estirar.

Pappo, a pesar de sus años y de su experiencia, seguía profundamente enamorado de la guitarra. Cuando íbamos en el auto, me acuerdo que ponía un cassette de Joey Tafolla o Satriani o MacAlpine, y me decía: "escuchá, escuchá, ¿qué escala es esa?, un día me la pasás ¿estamos?"

Creo que cada uno que lo conoció tiene su propia visión de Pappo como persona. En mi caso personal, no puedo sino recordarlo como un buen tipo, y porsupuesto como un Maestro. Insisto con que todos en Argentina le debemos a Pappo el hecho de estar tocando Rock, Blues y Rock & Roll pesado en la guitarra eléctrica. Grande Carpo, nunca pero nunca te vamos a olvidar!!

Marcelo Roascio, guitarrista de Dr. Rock, entre otras cosas trabajó junto a Pappo en 1978. Para el último disco de Dr. Rock (2005), Pappo tocó como invitado.
 
La sonrisa del Carpo
Por Miguel Cantilo

Conocí a Norberto Napolitano en mi casa de la calle Conesa, en el barrio Belgrano de Buenos Aires, en el año 1971. Venía a ensayar en una sala acustizada que yo cedía en ratos de ocio a grupos de amigos. Ya cuando lo conocí, lucía un yeso en toda su pierna derecha por una quebradura provocada por un accidente en moto. Entraba en mi casa y estacionaba su portentoso vehículo en un pasillo.
Nos hicimos amigos durante un tiempo en el que él ensayaba con músicos de la Cofradía de la Flor Solar, que también intervenían en mi proyecto. El grupo que él estaba intentando se llamaba "La Bola de Destrucción" y en él tocaban Néstor Paúl el bajo, Quique Gornatti la segunda guitarra y Rubén Lezcano la batería. Pappo venía de disolver una formación de Pappo's Blues con Black Amaya y David Lebón y empezaba otra con Pomo y Machi.
Compartimos situaciones copadas como por ejemplo cuando me acompañaron a animar una fiesta boliviana en la Villa 31 del Padre Carlos Mugica. Allí zaparon a trío Spinetta, Pomo y él en una juntada memorable, arriba de un techo, más de una hora.
La foto que acompaña este aporte mío a su homenaje pertenece al día de mi casamiento con mi primera mujer. El detalle más emotivo para mí consiste en que están todos con camperas menos Pappo, que está en mangas de camisa porque su espontáneo "regalo de bodas" había sido una campera de jean en uso. "Tomá, te regalo mi campera reventada" me dijo cuando íbamos hacia el registro civil.
El intervino también en el solo de "Blues del Exodo" y el acompañamiento de piano, en el disco "Conesa" a pesar de que me pidió, por alguna razón, que no lo pusiera en los créditos. Sin embargo, alguien me comentó que no hace mucho le preguntaron cuáles eran los discos de rock nacional que més le habian gustado y uno que señaló fue "Conesa".
Nuestra amistad se renovó en España en 1978, cuando venía también de visita a mi casa con Botafogo y su baterista Darío, con quienes actuaban en Madrid. En ese entonces pude tener charlas íntimas con él y en una de ellas, hablando sobre la vida y la felicidad recuerdo que me dijo: "Yo solamente soy feliz mientras estoy tocando".
Cuando regresamos todos de nuestros exilios y ausencias yo tocaba con mi grupo Punch y él con Riff. Compartimos algunos escenarios como el de Barrock 82: Cuando yo tocaba con Punch o con Pedro y Pablo la gente hacía los dedos en ve, cuando salía Pappo con Riff saltaban haciendo los cuernitos.
En los últimos años nos fuimos alejando pero nunca con mala onda. Siempre que nos veíamos era con sonrisas y bromas. Por eso me sumo a este recuerdo; porque la forma adecuada de mantener a un ser querido vivo en el corazón, es recordarlo con una sonrisa en los labios, en sus buenos momentos.

Miguel Cantilo es uno de los pilares del Rock Nacional, ex integrante de Pedro y Pablo, tuvo como invitado al Carpo en el disco Conesa de esa agrupación.
 
Fin de semana con el Maestro
Por Ale Ramos

Viernes 29/8/03- 20:30 hs. Interior de un confortable Chevrolet Astra turbo diesel a 120 kilómetros por hora, con proa a Villa Elisa, después de una rápida parada en "La Chamarrita" para cargar agua caliente y un tinto, en ese orden. Un amargo cebado por mí y un trago del pico. "Eso es lo mágico del blues –dice el Maestro– o de esta música que tocamos, que nos lleva a lugares tan distantes y diferentes; ahora vamos con vos a tocar en Entre Ríos y yo hace un mes estuve tocando con Johnny Winter en Madrid, es más, tengo una remera que dice "J. Winter - Pappo’s Blues...". Y yo lo escuchaba cuando tenía 17 años y me cagaba de risa y sacaba sus solos en el tocadiscos en mi pieza de la casa de los viejos... Y ahora trato de explicarle rápidamente la localización de Rosario del Tala, el silencio de las siestas, su mínima cantidad de habitantes y mi feliz adolescencia escuchando en esos vinilos gloriosos: "El viejo", "Detrás de la iglesia", "Stratocaster Boogie"... Y lo único que me sale: ¡a mí me está pasando lo mismo! El manager, manejando, me mira y me dice, mientras cruzamos la entrada de Colón: "¡Tres puntos para vos!"

Domingo 31/8/03- 11:30 hs. Campo en Federal, acoplado de un destartalado tractor del año 60 (tres ruedas, una pinchada y levantada con un taco de madera) abundantes escopetas, el Maestro con su propia Winchester de siete tiros, el Tucho no se con qué y yo con un pistolón del 16 de doble caño... Todos con una bruta botella de Mariposa y a los tiros contra la inexistente fauna... Olor a pólvora... Sol... Camino arado... Pappo que se pasa al volante del tractor y yo al enganche de la lanza y un alambrado que obstinadamente se nos cruza adelante, ¡bah!, 30 metros de palos de ñandubay y siete hilos... Cuando logra parar el tractor se da vuelta, me mira y me dice: ¡UUUUAAAAHHH!!!!!!!!!!!! (idioma Napolitano). Lo miro al dueño del campo (el Eric) que se encoge de hombros: "¡A este alambrado lo dejo así y lo encuadro: 'éste lo tiró Pappo'!"

Ale Ramos es uno de los máximos exponentes entrerrianos en lo que respecta a guitarristas de Blues. Fue guitarrista invitado en la gira de Pappo's Blues por esa provincia en el 2003.
 
El inolvidable Nogal Thomas
Por Gustavo Rubinsztein

Estábamos sentados los dos esa noche en la esquina de Libertador y Coronel Díaz, conversando de lo mismo que siempre conversábamos, de lo que nos unía, de lo que tanto amábamos y nos apasionaba, el Blues. Charlábamos justo en el mismo lugar dónde nos habíamos conocido el día que me acerqué cuando pasé caminando y lo vi; estaba solo con Cactus, su perro, y me animé a preguntarle si no le molestaba que le cuente un segundo mi emoción de haber vuelto hacía solo días de visitar la tumba de Albert King en Arkansas, USA. Porsupuesto que yo me animé por saber que eso no lo iba a molestar, y así fue que me dijo que podía sentarme.

Nos quedamos horas compartiendo historias. Pero esa noche, en medio de la conversación me miró a los ojos y me pregunto en forma desafiante: "Vos que viajaste y viste muchas cosas también, conocés un lugar que se llama Nogal Thomas?, es un club de Blues de una entrada plateada con dos palmeras, ahí toca un morocho que se llama igual: Nogal Thomas". Comencé a hacer memoria, a repasar la data propia, me tomé unos segundos; nada se asociaba a ese nombre, entonces le dije con un algo de temor a quedar mal parado: "No, no recuerdo haber escuchado nada de ese nombre". Él se agarró la mandíbula como satisfecho y me dijo: "Claro, porque no existe, a Nogal Thomas lo soñé yo; Nogal Thomas debo ser yo". Ahí se generó esa suerte de personaje algo imaginario y tambien algo real, ese mito de comenzar a llamarlo Mr. Nogal Thomas; y que tan feliz a él lo hacía.

Las noches de Club X en Palermo tocando para poca gente, con él sentado, cantando en inglés, haciendo zapada pura de los clásicos más clásicos del Blues más morocho que nos juntaba los corazones y nos hacía emocionar tanto... Con su Flying V, ponía las letras que en la semana me encargaba imprimir, y se despachaba con versiones de B.B., Otis Rush, Bobby Bland, Albert King, Howling Wolf y John L. Hooker.
Era otro, lo presentábamos como el hombre entrado en años que llegó desde Chicago; y él se sentaba y disfrutaba mucho, sonreía, tenía el dibujo hermoso de felicidad en el rostro que quienes han tenido la suerte de ver esos días, jamás podrán olvidar.
A veces se acerbaba alguien que entraba casualmente y lo veía a él tocando, le decían: "Tocate Sucio y Desprolijo", o algún desentendido le gritaba "Desconfío"; él se daba vuelta, me miraba sonriente y complice me decía: "Me confunden con otro".

Esa es la imagen que hoy quiero en mi mente y en mi corazón, ésa es la imagen que tan feliz me hace al recordarlo y tanto me duele que ya no esté. Hoy que los medios que tanto decían quererlo e idolatrarlo, a pocos días ya no lo nombran más; hoy que muchos compiten cuánto tiempo estuvieron a su lado, y tan poco entendían su lucha; hoy que tenemos que levantarnos cada mañana, y ver que tuvimos el sueño del que no sabemos si despertar o no; si reir o si volver a dejar que los ojos se empañen; un sueño que no se si fue o si es: El sueño de haber llegado a conocer al querido y al inolvidable Nogal Thomas.


Gustavo Rubinsztein, bajista de la Albert King Tribute Band, entre otras cosas, fue bajista de la banda que acompañó a Pappo en el último Tributo a B.B. King junto a Tony Coleman.
 
"LA NERCA NO!!!!"
Por Gabriela Sinagra

Hace no menos de cinco años, una de las tantas veces que Pappo vino a tocar a Rosario, el dueño del "Chicago Blues", el Negro (que lamentablemente murió hace unos tres años y con él nuestro refugio blusero), siendo uno de sus tantos fans y a sabiendas de que a Pappo le gustaba mucho el asado, le preparó él mismo uno y lo invitó a cenar y también nos llamó a algunos de los músicos más cercanos, me refiero a quienes tocábamos periódicamente en el Boliche. Y cómo me pasa muy a menudo -por no decir siempre- suelo ser la única mujer. Así que ni bien llegué a la mesa empezó el sondeo y la presentación correspondiente; yo estaba sentada justo enfrente de él. Cuando llegó "la mercadería a la mesa", supongo que haciendo gala de su caballerosidad, levantó su plato hacia mí y me dijo que me sirviera, y yo entre la variedad de cosas que había en él pinché un pedacito de carne. En ese preciso instante él con su mejor voz del Blues y abriendo sus ojos endemoniadamente, me dijo: "LA NERCA NO!!!!", y bueno, así como la había pinchado, la despinché y pinché alguna otra cosa..

Esta anécdota y otras me pintaron un tipo "íntegro", que era lo que era y se la aguantaba, con sus cosas, como todos, cuestionables y no, pero aunténtico, niño también. Cuando a uno se le muestran tal y cual somos, nos dan la oportunidad de elegir con quién y por qué estar; esto es lo que lo traerá siempre a mi memoria con mucho respeto. Ojalá los seres humanos nos contagiáramos de "la verdad", cualquiera que sea, la de cada uno.


Gabriela Sinagra es una de las más importantes voces del Blues Rosarino. Como tal ha tocado con varios exponentes del género, entre ellos Botafogo, Edelmiro Molinari y Ciro Fogliatta.
El Anecdotario es una idea y realización de Leandro Di Pietro; dedicado a la memoria de Norberto Anibal "Pappo" Napolitano.
Los textos aquí publicados fueron cedidos a El Sitio de Pappo por sus autores en forma exclusiva y la publicación de los mismos en otros medios deberá citar ambas fuentes.
Infinitas gracias a los que participaron de esta entrega de El Anecdotario: Vitico, Miguel, Gustavo, Marcelo, Ale, Gabriela, el Vasco, Florencia Ruiz, Verónica Collado y B.Y. Muchas gracias a los muchos otros que se comunicaron conmigo, algunos de los cuales enviaron anécdotas que serán publicadas en las próximas entregas de El Anecdotario.