| 
                 AEROBLUS NO SE RINDE  
Aeroblus: La unión de Norberto Napolitano y Alejandro Medina 
  en este grupo constituyó el acontecimiento más importante con que comenzó el 
  año el rock porteño. Ya que ellos representaron una de las corrientes más definidas 
  de nuestra música: el rock pesado. Hacemos hincapié en esto de corriente definida 
  ya que la entendemos como la línea más reconocible. En la mayoría de los casos 
  los estilos son marcados netamente por sus intérpretes. Es frecuente escuchar 
  comentarios sobre la música de nuevos grupos, cosas como: suena como Spinetta, 
  Charly, o Litto, pero esas sutilezas desaparecen cuando se trata de rock pesado. 
  Con estas dos palabras ya está todo entendido. Este fenómeno tal vez se deba 
  a que está basado en una creatividad espontánea. Golpear con sonidos y efectos 
  levantando a la gente de sus asientos para ponerla a bailar fue una de las primeras 
  claves del rock que sigue siendo válida. Basta echar una mirada por los clubes 
  suburbanos, cuando se va a los bailes de fin de semana a escuchar rock and roll. 
  Ellos como grupo y Pappo como instrumentista abrieron como hacíamos referencia 
  antes, las primeras fuentes de éste género. Ellos tuvieron mucho que ver en 
  la rápida extensión que tuvo el rock para tantos tipos que tenían oculto el 
  horizonte solo con los Sandros y Palito Ortega de turno. La virtud de un mensaje 
  directo y sanguíneo que indudablemente poseían fue desdibujándose con el contacto 
  de representantes que por ese entonces ya habían intuido que el rock podía llegar 
  a ser un buen negocio. Todo esto trajo como consecuencia la disolución de Manal 
  y el viaje de Pappo a Londres precedido de una especie de campaña en su contra, 
  a todo esto cortó el desarrollo de esta música quedando por buen tiempo sostenida 
  sólo por grupos muy marginados, pero que sin embargo continuaron arrastrando 
  sectores de público que únicamente se sentían representados por su fuerza. 
  Cuando se anunció a Aeroblus se crearon muchas expectativas, inclusive por el 
  nuevo batero Castello Junior que en Brasil se había incorporado al grupo. Lamentablemente 
  en esta primera oportunidad la cosa no salió del todo bien. Profundamente todos 
  los que nos corrimos a verlo esperábamos algo que únicamente un grupo como éste 
  puede darnos, ese choque físico de equipos puestos insolentemente al mango, 
  esa cosa que no se puede traducir intelectualmente que inclusive no muchos rockeros 
  llegan a experimentar. Pero esa noche no se dio, algo muy importante había faltado 
  a la cita; probablemente haya sido el público, debido tal vez a una organización 
  poco avesada en este tipo de espectáculos, el grupo se vio comprometido en una 
  aventura un tanto arriesgada para el futuro del grupo, con muy poco ensayo, 
  poca publicidad, en una cadena de presentaciones seguidas que dispersó a un 
  público desde ya raleado por el precio de las localidades ($ 80.000 la platea) 
  el recital fue visto desde el superpullman. En esta situación se reencontraban 
  con el rock de Buenos Aires luego de un buen tiempo de ausencia. Así fue que 
  las energías que el grupo emanaba eran como golpes al vacío, y cuando se salió 
  de la sala reinó la sensación de haber asistido a un ensayo o algo por el estilo, 
  pero que todavía Aeroblus no se había presentado. 
  A raíz de ese recital Mordisco criticó duramente al trío pero antes de que la 
  revista saliera a la calle nos encontramos con Pappo y Castello. Quisimos reproducir 
  parte de lo que hablamos con ellos porque más allá de lo que pueda transmitir 
  este reportaje, algunos de los que redactamos Mordisco seguimos esperando escuchar 
  Aeroblus. 
   
  Mordisco: ¿Qué pasó en el recital del Premier? 
   
  Pappo: Fue una prueba para nosotros. Con Alejandro estuvimos 
  en Brasil dos meses Para tratar de encontrar un baterista ... y lo encontramos. 
  El grupo todavía se está elaborando pero quisimos sacudirnos con una prueba 
  de fuego. 
   
  ¿No fue un poco apresurada la presentación? 
   
  Castello: Para un grupo estar mucho tiempo sin tocar es 
  imposible porque tiene necesidades materiales, tenemos que comer, que vivir 
  y al mismo tiempo estar tocando. 
   
  ¿Pero los dejó satisfechos el recital? 
   
  Castello: Realmente a nosotros no nos gustó para nada el 
  recital, porque como grupo lo que queremos es dar una buena diversión, una buena 
  música, entonces no nos interesa que arriba del escenario suene más o menos 
  bien y que la gente se cope; si en realidad nosotros sabemos que no fue lo que 
  pudimos haber dado, es común que en más de un recital malo, la gente te diga 
  uh, que bien que fue, que bien que sonó; pero en realidad podías haberles dado 
  mucho más, haber dejado a la gente mucho más contenta. 
   
  Mordisco: ¿A qué atribuyen el poco público? 
   
  Pappo: la organización fue deplorable, los carteles salieron 
  dos días antes y no decían los horarios ni nada. 
  Castello: Yo creo que hubo algo así como, vamos a explotar bien el filo, rápidamente, 
  cosechar todo de una sola vez. Estas cosas habría que hacerlas bien, pero ni 
  siquiera existió un grupo de trabajo para organizar el recital, tanto que nos 
  decimos que todo lo estamos haciendo de nuevo. Lo adecuado hubiera sido una 
  producción primero en las playas hacer recitales más chicos y después venir 
  acá, habiendo ajustado el sonido y la escenografía. Pero en cuanto al trabajo 
  musical del trío entiendo que estuvo bien hecho; ahora si el rendimiento fue 
  bajo, parte de la culpa la tenemos nosotros, ciertamente, yo asumo mi culpa 
  como seguramente Pappo asume la suya, pero existen muchos otros ingredientes 
  que vienen de la mano, no hay equipos, no hay productor, no hay plomos, no hay 
  nada, nosotros no tenemos nada entonces nosotros tenemos que hacerlo todo, de 
  plomos, de productores, de técnicos de sonido, de músicos, de iluminadores, 
  de escenografistas, claro que a la hora de las críticas los que asumen el riesgo 
  son los músicos y cuando éstas son imparciales, perfecto, pero si son destructivas 
  desgastan mucho y esto no es solo un problema de Aeroblus sino de todos los 
  grupos de rock and roll. 
  Pappo: Yo a decir verdad me tuve que ir de acá porque estaba cansado, había 
  grabado mucho y hecho muchas cosas, me sentía como gastado de tantas habladurías, 
  entonces me fui y aprendí mucho. Pappo era un rótulo con el que me tenían agarrado. 
  A veces se olvidan que un nombre lo lleva un hombre y un hombre tiene muchos 
  altibajos por eso creo que sólo se puede ver lo que está haciendo en ese momento 
  sin pasado ni futuro. 
   
  ¿Sentís que el rótulo continúa? 
   
  Pappo: Sí, estamos rotulados, cuando llegamos a un lugar 
  todos se ponen nerviosos, ahí empiezan a insultar de una manera muy ... Castello: 
  . . . sutil (risas). 
  Pappo: muy como de segunda sutil, muy como de preguntarme, che ¿y acá que quieren? 
  , y a veces llegan a ponerme nervioso; yo no hago nada, yo entro tranquilísimo, 
  ¿viste?, y me vienen a decir, ¿para que viniste? , cuadrado de mierda... que 
  soy un cuadrado. 
  Castello: No sé que tienen con nosotros, en muchas partes la gente nos verduguea, 
  no sólo en la vida musical sino también en la vida emocional. Pero ahí estamos, 
  juntos, porque tenemos algo que decir como músicos aunque como seres humanos 
  estemos pasando bastantes bajones. 
  Pappo: A veces la gente tiene falta de personalidad, pero Aeroblus sigue, acá, 
  en Brasil, en Venezuela o donde sea. Antes de encontrarnos pensaba volver a 
  Inglaterra pero ahora estamos decidiendo juntos. Todo lo que hayan dicho puedan 
  decir profundamente a mi no me importa, porque yo sigo tocando, los que hablan 
  no pueden tocar. Todo esto se deshumanizó mucho, antes no había que pasar tantas 
  barreras, para hacer música. Cuando empezó el rock la gente hacía lo que realmente 
  sentía, no se guiaba por ningún estúpido que decía yo soy el rey; pero ahora 
  está todo muy idiotizado. 
  Castello: Sí, se ha creado toda una farsa; se han creado mitos que no tienen 
  nada que ver. Lo único importante es la música. 
  Pappo: Claro el fenómeno ya está en el aire y es entonces que lo puede agarrar 
  cualquiera. Creo que hay que seguir encontrando la orientación, lo que es verdad 
  y lo que es mentira para que nadie se deje engañar. 
   
  ¿Y vos Castello con que grupos habías tocado en Brasil? 
   
  Castello: Con casi todos los grupos de importancia del rock 
  and roll de allí. Pero cuando me vino a buscar Medina yo recién había regresado 
  de Estados Unidos. Me propuso hacer este grupo e inmediatamente empezamos a 
  ensayar. Yo ya lo conocía a Medina y me había gustado mucho lo que hacía. 
   
  ¿Cómo se prepara el nuevo Aeroblus? 
   
  Pappo: Estamos ensayando unas 5 horas por día, buscando 
  sala para presentamos a fines de marzo o principios de abril. Queremos preparar 
  algo muy fuerte. Lo vamos a hacer más allá de todas esas cosas arruinadas por 
  los que ni siquiera saben para donde corre el viento ni para donde corren ellos. 
  Los músicos ya descubrimos las pocas cosas que nos importan y estamos tranquilos 
  porque sabemos dar.  
             | 
              | 
             
            
               
                  | 
               
               
                | AEROBLUS NO SE RINDE | 
               
               
                  | 
               
               
                | Revista "Mordisco" | 
               
               
                  | 
               
               
                | Marzo de 1977 | 
               
               
                  | 
               
               
                 | 
               
             
             | 
			  |